lunes, 25 de junio de 2012

Naturaleza




El tibio amanecer complaciente
Revuelto de paisajes y colores
Esconde en su fondo mis temores
Refresca tu presencia en mi mente

Oscuros y tristes palidecen
Reflejan mi amor su blanco brillo
Deseos de un bien muy sencillo
Pensamientos que a ti pertenecen

Como campiña al riego del rocío
Simpleza que en sueños adormece
Inunda al corazón el amor mío
Mi alma con fuerza se estremece

Es corto el tiempo en tu presencia
Sentimiento que se ahoga en llanto
Muy largo es frente a tu ausencia
Duro sentir de extrañarte tanto

Carente de piel y de sentido
Le pido al dios benevolente
Vagando por el tiempo aturdido
Borrase por siempre mi presente

Pasado de amores anhelados
Tristezas que aun permanecen dentro
Futuro de amores encontrados
Contraponen con un nuevo encuentro

Pasto naciente en verde pradera
Amarillo pálido de ya agotado
Mezclando sus tonos en primavera
Con verde fulgoroso exaltado




Desidia de un lago encantado
Espejo de agua empobrecida
Del arroyo latente que ha llegado
Reflejo puro sin alma ni vida

Ocaso de los tiempos disfrutados
Opacados por el velo nocturno
Recuerdos de amaneceres soleados
Que produce otro amor de turno

Ser o pertenecer es la cuestión
Cobijado bajo el viejo faro
Entregarse a esta nueva pasión
O vivir por siempre al desamparo

Mar tempestuoso por el feroz viento
Calando grandes olas con la quilla
Marinero al garete me siento
Buscando pronto amarrar a orilla

Bosque frondoso de crujientes hojas
Con tus copas enormes dale tu sombra
Que de tus ramas secas te despojas
Al destino inquieto que la nombra

Así se alcanza el ocaso del hombre
Estrella fugaz que guía el camino
Suplicando a dios que no la nombre
De reyes y fieles a su destino

Completa su curso del firmamento
Nublando mi noche de nubes grises
Cubriendo del todo mi pensamiento
Mezclando uno con otro mis matices 

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